Casa BRUMA. (Agridulce, Murcia)

Situada en Agridulce, la casa Bruma se diseña como una vivienda que se adapta a la topografía, estableciendo una relación de la construcción con el exterior que se deriva de un estudio preciso del lugar, y de la parcela en concreto.

La parcela es longitudinal, pero su frente más estrecho corresponde con el acceso a la misma. La vivienda se localiza en el extremo más elevado de la parcela, permitiendo un aterrazamiento de los exteriores que van adaptándose a la topografía existente. Con ello, la vivienda se vuelca hacia el suroeste, obteniendo así, mejores vistas.

Los materiales empleados en la vivienda definen a ésta como una vivienda mediterránea, donde predominan los blancos y la madera, que combinan con los espacios exteriores de tierra y vegetación.

Se trata de una vivienda que optimiza sus espacios y las posibilidades de la parcela, y que sin duda, trata de plantear la mejor respuesta a las necesidades del cliente.

Casa 2 Patios. (Urbanización Montevida, Murcia)

La cercanía a la montaña, la orientación a sur y una parcela con 3 fachadas, han hecho que este proyecto se convierta en una explosión de luz y vistas, que regala a sus habitantes momentos únicos.

Dos patios vertebran el espacio. Un patio a norte, inyecta una grieta de luz continua al sótano. Un patio a sur, hace que los rayos de sol atraviesen todo el espacio y lo llenen de luz.

El sótano, destinado a ocio, es el nexo entre los patios, conectándolos visualmente y convirtiendo el espacio en una estancia luminosa y acogedora.

La planta baja desdibuja los límites entre dentro y fuera, a través de grandes ventanales corridos, que conectan las pérgolas exteriores con el salón y la cocina. En el interior, una doble altura es la que separa el espacio. En planta primera, es también la doble altura divide la zona infantil del dormitorio principal.

Definitivamente, una casa para disfrutar el interior y el exterior.

Casa Calma (Hacienda del Álamo, Murcia)

Casa Calma es un proyecto que responde en forma y distribución al paisaje en el que se ubica.

Se genera así una gran pieza longitudinal que engloba los espacios principales de la vivienda, organizándolos de forma lineal mirando al campo de golf.

Los espacios menos frecuentados se colocan mirando a la fachada principal, más opaca. Esta distribución posibilita que la vivienda se abra al sol de levante y se cierre al de poniente enfatizando su eficiencia energética. La planta inferior, en cambio, se dedica a espacios secundarios que sirven de transición entre los espacios habitables y la propia parcela.

Tanto los interiores como el exterior apuestan por una materialidad elegante en la que se conjunta la madera y el porcelánico de gran formato soportados por elementos de color neutro.

Permite a la vez la amabilidad de la madera y la resistencia y limpieza de los elementos pétreos que conforman, junto con la línea recta, un conjunto arquitectónico que posee en consonancia el interior y exterior, así como el exterior y el enclave en el que se emplaza.